Una piel irritada con picor es una piel extremadamente seca, especialmente sensible a su entorno. En el caso de una dermatitis atópica, patología hereditaria, aparece desde la infancia en las primeras semanas de vida.
Más allá de la irritación y del picor intenso, los signos visibles de la piel atópica son placas de eczema inflamatorias localizadas y que evolucionan por crisis. La aportación en lípidos para reconstruir la barrera cutánea es clave para aliviar la piel irritada, seca a atópica.
 
     
            
                 
            
         
            
                 
            
         
            
                 
            
         
            
                 
            
         
               
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