Limpieza corporal

Con la piel húmeda, aplicar el limpiador corporal en la ducha o el baño, masajeando suavemente con movimientos circulares para optimizar la limpieza antes de enjuagar. Recuerda aplicar, después de la ducha, un humectante de BIODERMA adecuado a las necesidades de tu piel.

Escuchar a tu cuerpo es fundamental. Si experimentas alguna molestia como tirantez, irritación, picor o enrojecimiento después de utilizar un jabón corporal, es posible que no sea el producto adecuado para tu piel. Es importante tener en cuenta que las reacciones alérgicas pueden aparecer en cualquier momento, incluso días después de utilizar un producto por primera vez. Si experimentas alguna reacción adversa, interrumpe su uso y consulta a un profesional de la salud. Los productos de cuidado de la piel de BIODERMA se formulan bajo control dermatológico para garantizar una tolerancia muy alta. Productos como Atoderm aceite de ducha están específicamente diseñados para reforzar la barrera natural de la piel. 

Los limpiadores corporales y el shampoo comparten muchas características, incluyendo su formulación, ya que tienen el mismo objetivo general de eliminar impurezas como la suciedad, el sudor y el sebo. Los productos de la gama Nodé de BIODERMA han sido desarrollados para proteger la piel del cuero cabelludo. No obstante, cada tipo de producto está formulado para satisfacer necesidades específicas en función de dónde y para qué se utilice. Por ejemplo, un shampoo puede aumentar el brillo o reducir la caspa. Además del uso ocasional -cuando se acaba o se olvida alguno-, lo mejor es conservar el limpiador corporal para el cuerpo y el shampoo para el pelo.

El pH (potencial de hidrógeno) es un indicador que mide la acidez o alcalinidad de un líquido. El agua pura tiene un pH de 7, que se considera neutro. Los líquidos con un pH inferior a 7 son ácidos. Los superiores a 7 son alcalinos (básicos). El pH fisiológico de la piel viene definido por el pH de su película hidrolipídica, que es de aproximadamente 5,5, es decir, ligeramente ácida. Esta acidez ayuda a mantener una barrera cutánea efectiva y a proteger la piel de bacterias nocivas. La contaminación, los cosméticos, los rayos UV y muchos otros factores estresantes pueden alterar el pH de la piel y, por tanto, su equilibrio, volviéndola más seca, grasa o sensible. Lo ideal es que tu limpiador corporal respete el pH fisiológico de la piel o ayude a reequilibrarlo con un pH adaptado, por ejemplo, un pH más bajo para la piel seca o atópica.