Ante la gran variedad de productos protección facial –cremas fluidas, FPS 50, FPS 30, antiacné, anti-rojeces– no siempre es fácil saber cuál elegir. Sin embargo, la mejor protección de uso diario es aquella que protege contra todos los agresores externos, no solo los rayos UV.
La piel es mucho más que una capa protectora: cumple un rol esencial en la regulación del cuerpo, la percepción sensorial y la defensa inmunitaria. Es una barrera natural que nos protege cada día, por lo que preservar su integridad es fundamental.
Diariamente, la piel enfrenta múltiples agresiones externas que pueden debilitar su función protectora, como el sol y la contaminación. En un entorno cada vez más exigente, protegerla nunca había sido tan importante.
Por eso, la protección solar se ha convertido en un paso indispensable en la rutina de cuidado, aportando mucho más que defensa contra los rayos UV.