Nos fijamos cuatro reglas:
Seleccionamos meticulosamente sólo aquellos ingredientes activos que tienen un impacto mínimo en el medio marino. Por ejemplo, tenemos productos sin siliconas.
Acortamos nuestra lista de ingredientes al mínimo estricto.
Nuestros protectores solares son muy resistentes al agua para minimizar el efecto que tienen en el ecosistema marino. Por ejemplo, no utilizamos filtros solubles en agua que se pueden quedar en el río u océano.
Nuestras fórmulas son probadas por un laboratorio independiente para evaluar el impacto real de los bloqueadores solares en plantas y animales.
Se realizan tres tipos de pruebas de ecotoxicidad para medir los efectos de todos los ingredientes de los filtros y protectores solares en:
Coral como Seriatopora hystrix (ISO 10529)
Algas marinas como Phaedactylum tricornutum (ISO 10253)
Invertebrados acuáticos como la daphnia (OCDE 202)
Probamos altas concentraciones. Los resultados muestran que nuestros productos dermatológicos tienen poco o ningún efecto en las plantas marinas y los animales.
En condiciones naturales a dosis normales, nuestras fórmulas PHOTODERM no representan ningún peligro para el medio ambiente.