Palabra de experto

¿Cómo ayudo a mi hijo si tiene dermatitis atópica?

Los niños suelen sentir mucha ansiedad con los problemas de la piel. Además de la molesta picazón, también es normal que tengan miedo por los cambios físicos. Te decimos qué hacer para ayudarlos a entender lo que les está pasando y se relajen.

No hay nada más escalofriante para un papá que un hijo enfermo, pero es justo en ese momento que debemos saber cómo actuar para resolver el problema sin causarles un daño emocional a los pequeños.

Primero debemos saber qué le ocurre a tu bebé. La piel de los niños es inmadura, por lo que es más vulnerable a impurezas del ambiente y agentes irritantes.

La dermatitis atópica es una condición en que el sistema inmune y la barrera cutánea (protectores naturales de la piel) comienzan con el mal funcionamiento de la misma con deficiencias de proteínas y lípidos.

El resultado: es posible que tu bebé tenga episodios recurrentes de problemas en algunas áreas de la piel con estas molestias:

Hinchazón
Enrojecimiento
Sarpullido
Picor
Ardor

El primer paso es consultar a tu pediatra y/o dermatólogo. Fíjate qué partes están irritadas y qué ropa usaba o qué estaba haciendo cuando descubriste la irritación.

También puede ser útil que tomes foto de su piel irritada para mostrársela a tu pediatra.

Sigue las recomendaciones del médico al pie de la letra. Un tratamiento dermatológico en combinación con hábitos saludables hará que tu bebé se recupere de este problema.

Una de las peores frustraciones de los papás es no poder ayudar a sus hijos más allá de dejar que el tratamiento haga lo suyo, pero hay algunos consejos para hacerle más fácil a tu hijo/a este proceso.

Los niños son muy receptivos al estrés o ansiedad de los papás. Si los ve preocupados y con miedo, él se sentirá mucho peor.

Si tu hijo/a tiene edad para comprender la situación, es importante que le hables del problema de forma calmada y siempre haciéndole entender que estarás para ayudarle siempre, que es algo que tiene solución y que es importante que ponga de su parte para curarse.

Explícale que el pediatra es una persona que sólo busca ayudarle y que el tratamiento es un pequeño esfuerzo para después sentirse mejor.

Los niños antes de los 5 años tienen problemas para concentrarse en una sola actividad. Si entretienes a tu hijo/a con juegos, olvidará su malestar y evitará que se rasque de más.

La sensación de abandono es la principal causa de estrés en los niños. Así sea que no te vea por unas horas porque vayas a trabajar, para él es mucho tiempo.

Los estímulos de compañía entre padres e hijos ayudan a su desarrollo social y emocional, lo que le permitirá asumir de mejor manera la dermatitis.

Todos tenemos un sentido llamado propiocepción, que significa que el cerebro sabe en todo momento en qué posición está nuestro cuerpo. Este tipo de habilidades se desarrollan en la primera infancia.

Es importante que los niños aprendan a reconocer su cuerpo y los cambios que pueden surgir en él. Esto facilita que tu hijo/a reconozca más fácilmente los cambios (y te avise cuanto antes de ellos) y les tenga menos miedo.

La forma más fácil de desarrollar estos sentidos es a través de juegos. Todos los ejercicios de estimulación temprana y coordinación que puedan jugar son ideales.

La dermatitis atópica es un problema de la piel especialmente molesto para los niños. Acompaña a tu hijo/a en este proceso de la mano de especialistas y evita complicaciones tanto en su salud física como emocional.